Culminó en la noche de ayer la edición veintiocho de la Fiesta Nacional del Automovilismo, con un impresionante show de Los Auténticos Decadentes. Más de 15 mil personas en promedio se congregaron en la plaza Libertad cada noche desde el día jueves pasado. Por desgracia, faltó el elemento principal (una vez más) del espíritu de la celebración: el Turismo Carretera.
Amén a esto, salvo algún reclamo de instituciones en cuanto a la disposición y condiciones para los puestos comerciales, la organización del evento estuvo impecable. Comercialmente logró un impulso económico, aunque sea pasajero, no sólo para los puestos de artesanos y gastronómicos que expusieron en el marco de la FNA28, sino en los comercios aledaños. Desde el viernes hasta anoche se observaba en las pizzerías y casas de comidas céntricas que estaban colmadas de clientes.
No se registraron incidentes de ningún tipo, a pesar de la masividad de la concurrencia, y poco se puede criticar esta edición que realmente dejó una sensación de fiesta.
Tal como se dijo en el cierre, "va a ser un gran reto superar la fiesta de este año". Probablemente si se lograsen realizar las gestiones pertinentes para volver a tener en Balcarce el rugido de los motores en el autódromo Juan Manuel Fangio, estaríamos hablando de un evento literalmente de carácter nacional, dado el caudal de público que arrastra la popular categoría.