Los cambios que obligarán a hacer menos pomposo este evento en 2023, tal como argumentan las quejas fuera de micrófono por parte de funcionarios del Ejecutivo de Balcarce, sería que "la Provincia manda menos plata este año". En honor a la verdad, sí es cierto que el distrito percibirá menos fondos para la realización de este evento en esta oportunidad, que mayormente durante los últimos años fue financiada casi en su totalidad por el Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Sin embargo la Provincia de Buenos Aires aportará, a través de la Subsecretaría de Promoción Sociocultural que encabeza María Lorena Riesgo, algo más de cuatro millones para la puesta en marcha, aparentemente muy por debajo de las expectativas de los organizadores. Por otro lado, se estarían esperando aportes desde otras áreas estatales, que podrían confirmarse en los próximos quince días.
Pero lo que desde el Municipio local no se manifiesta con el mismo ímpetu con que se braman los reclamos monetarios es que, ante los pedidos de explicaciones por parte del intendente Esteban Reino, que conduce los destinos de un supuesto "distrito discriminado por el color político", funcionarios provinciales le habrían recordado con lujo de detalles las millonarias y constantes inversiones que en Balcarce viene realizando el Gobierno bonaerense, las que se corresponden a los oportunos proyectos y pedidos presentados desde la Comuna local.
Ante este escenario, desde la organización se dispuso por un lado achicar el evento a solo dos días, el sábado 15 y el domingo 16 de julio, disminuyendo así los costos en más de un treinta por ciento. Asimismo, hasta hace pocos días estaba anunciado que la fiesta se realizaría en el predio del cerro "El Triunfo" frente al anfiteatro, para cuya preparación a campo abierto se requería la instalación de varios gazabos y una carpa gigante central, con una cifra en concepto de alquiler diario que ronda los siete dígitos. Todo esto fue descartado y finalmente la fiesta se llevará a cabo en el predio de la Sociedad Rural, como se hizo años atrás.
Otro de los recortes anunciados por lo bajo, y que ya generó descontento en el sector, es el que sufrirán los artesanos y feriantes en general, que no dispondrán de los reductos cercanos al predio central del evento, ya que se decidió cederles un espacio para que coloquen sus propios gazebos o carpas de exposición. De más está decir que estos comerciantes ya vienen arrastrando una mala experiencia con esta fiesta: el año pasado muchos de ellos expresaron su indignación cuando, a pesar de haber abonado anticipadamente el canon por el uso del espacio durante todos los días que se extendió el evento, debieron abandonar sus puestos luego de un temporal acaecido durante la primera noche, que les produjo roturas y pérdidas económicas importantes, sin reconocimiento alguno por parte de los organizadores.
Pero lo que desde el Municipio local no se manifiesta con el mismo ímpetu con que se braman los reclamos monetarios es que, ante los pedidos de explicaciones por parte del intendente Esteban Reino, que conduce los destinos de un supuesto "distrito discriminado por el color político", funcionarios provinciales le habrían recordado con lujo de detalles las millonarias y constantes inversiones que en Balcarce viene realizando el Gobierno bonaerense, las que se corresponden a los oportunos proyectos y pedidos presentados desde la Comuna local.
Ante este escenario, desde la organización se dispuso por un lado achicar el evento a solo dos días, el sábado 15 y el domingo 16 de julio, disminuyendo así los costos en más de un treinta por ciento. Asimismo, hasta hace pocos días estaba anunciado que la fiesta se realizaría en el predio del cerro "El Triunfo" frente al anfiteatro, para cuya preparación a campo abierto se requería la instalación de varios gazabos y una carpa gigante central, con una cifra en concepto de alquiler diario que ronda los siete dígitos. Todo esto fue descartado y finalmente la fiesta se llevará a cabo en el predio de la Sociedad Rural, como se hizo años atrás.
Otro de los recortes anunciados por lo bajo, y que ya generó descontento en el sector, es el que sufrirán los artesanos y feriantes en general, que no dispondrán de los reductos cercanos al predio central del evento, ya que se decidió cederles un espacio para que coloquen sus propios gazebos o carpas de exposición. De más está decir que estos comerciantes ya vienen arrastrando una mala experiencia con esta fiesta: el año pasado muchos de ellos expresaron su indignación cuando, a pesar de haber abonado anticipadamente el canon por el uso del espacio durante todos los días que se extendió el evento, debieron abandonar sus puestos luego de un temporal acaecido durante la primera noche, que les produjo roturas y pérdidas económicas importantes, sin reconocimiento alguno por parte de los organizadores.
Aunque institucionalmente ya se informó que habrá shows de música, talleres productivos, clases de cocina y cocina en vivo con reconocidos chefs y reposteros, además de charlas de especialistas, resta conocer cuál será la grilla de "famosos" con la que contará esta decimonovena Fiesta Nacional del Postre. Pero hasta ahora todo indica, y sin ánimo de enunciar una ignominia, que será mucho menos ostentosa que ediciones anteriores.