La inseguridad en Necochea ha dejado de ser una simple "sensación" para convertirse en una realidad palpable y desbordada, sin soluciones aparentes. La vecina ciudad costera enfrenta una media de 20 robos diarios, abarcando asaltos en la calle, escruches, arrebatos en la playa, saqueos de locales y robos violentos a turistas.
Según refleja el portal Diario Cuatro Vientos, la Villa Balnearia es el epicentro de esta problemática, donde la situación se ha deteriorado a tal punto que incluso los boy scouts acampando en el Parque Miguel Lillo fueron víctimas de un robo, con asaltantes que abrieron las carpas con cuchillos.
Los indicadores de inseguridad han alcanzado niveles alarmantes, con una policía que enfrenta dificultades para contener la ola delictiva y una justicia que lucha por aplicar la ley de manera efectiva. La falta de patrullas, agentes especiales y cámaras de vigilancia parece agravar la situación.
La diversidad de delitos abarca desde robos callejeros hasta saqueos y ataques violentos con armas de fuego y cortantes. La nocturnidad también se ve afectada por bandas armadas que intervienen en peleas callejeras, generando lesiones y riesgos para aquellos que salen de noche.
La situación económica del país, combinada con la escalada delictiva, ha llevado a que familias de turistas eviten visitar la ciudad, expresando sus quejas en redes sociales sobre la falta de seguridad incluso para acciones tan simples como dejar un automóvil estacionado en la calle.
A pesar de esta realidad evidente, las autoridades municipales no parecen ofrecer respuestas concretas. Las críticas de los medios de comunicación han sido recibidas con ataques en lugar de acciones correctivas por parte del gobierno municipal. Proyectos presentados por la oposición han sido sistemáticamente rechazados, y la falta de voluntad para abrir un debate serio sobre el tema contribuye a la persistencia del problema.
La situación se agrava con la falta de cambios y la reticencia a aceptar críticas por parte del Ejecutivo local. La oposición ha propuesto iniciativas que han sido rechazadas, y la falta de una Mesa de Seguridad abierta a sugerencias muestra una falta de disposición para abordar la problemática.
En resumen, la inseguridad en Necochea persiste sin soluciones aparentes, mientras los delitos continúan y las autoridades municipales parecen desentenderse del tema. La falta de respuestas efectivas y la reticencia a aceptar críticas complican la resolución de este problema que sigue siendo un foco de preocupación para la comunidad.
Con información de Diario4V.