El embajador de Hungría en Brasil, Miklos Halmai, fue convocado por la Cancillería del país vecino para brindar explicaciones sobre el alojamiento otorgado al expresidente Jair Bolsonaro durante el feriado de Carnaval en febrero pasado. Esta convocatoria se da luego de que Bolsonaro admitiera haber pasado dos días alojado en la sede diplomática húngara en Brasilia, confirmado por imágenes del exmandatario dentro de la Embajada publicadas por el diario The New York Times.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, citado por la estatal Agencia Brasil, informó que el embajador húngaro fue recibido por la secretaria para Europa y América del Norte de la Cancillería, María Luisa Escorel. La convocatoria se produce en medio de una investigación de la Policía Federal para determinar si se violaron restricciones impuestas por el Tribunal Supremo Federal de Brasil (STF), que confiscó el pasaporte de Bolsonaro como parte de una investigación por un presunto intento de golpe de Estado.
El alojamiento en la Embajada húngara se produjo poco después de que Bolsonaro fuera objeto de un allanamiento ordenado por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, como parte de la investigación sobre un presunto plan de golpe de Estado para evitar la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Esta confiscación del pasaporte ocurrió tras las elecciones generales de octubre de 2022, en las que Bolsonaro perdió ante Lula da Silva.
El Gobierno de Lula da Silva ha calificado a Bolsonaro como un "prófugo confeso", y el ministro de Asuntos Institucionales de Brasil, Alexandre Padilha, lo describió como un fugitivo que una vez más mostró intenciones de evadir la justicia. Bolsonaro, por su parte, ha admitido su presencia en la Embajada húngara pero ha negado revelar otros detalles sobre sus movimientos, afirmando que mantiene amistad con algunos líderes extranjeros y que discutió asuntos relacionados con su país durante su estancia en la Embajada.
Este episodio se enmarca en un contexto político tenso en Brasil, con acusaciones cruzadas entre el Gobierno de Lula da Silva y Bolsonaro, así como una investigación en curso sobre el presunto plan de golpe de Estado. La investigación policial busca determinar si el alojamiento en la Embajada húngara cumplió con las restricciones impuestas por el tribunal y si hubo alguna irregularidad en el proceso.