El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una ola de indignación tanto en la Casa Blanca como entre los líderes de grupos judíos por sus declaraciones recientes, donde insinuó que los estadounidenses judíos que votan por los demócratas desprecian su religión y a Israel.
En una entrevista con su ex asesor Sebastian Gorka, Trump afirmó que "cualquier judío que vote por los demócratas odia su religión, odia todo lo relacionado con Israel y debería avergonzarse de sí mismo", además de señalar que "el Partido Demócrata odia a Israel".
Estas afirmaciones provocaron una fuerte reacción por parte de grupos como la Liga Antidifamación, el Comité Judío Estadounidense y el Consejo Judío Demócrata de Estados Unidos, quienes condenaron enérgicamente la vinculación de la religión con la afiliación política.
El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, expresó que "no hay justificación para difundir estereotipos tóxicos y falsos que amenazan a conciudadanos", refiriéndose a las declaraciones de Trump.
El líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, el demócrata Chuck Schumer, también respondió a los comentarios de Trump, calificándolos como "desplantes altamente partidistas y llenos de odio". Schumer reiteró su compromiso bipartidista con la relación entre Estados Unidos e Israel, destacando la importancia de la paz en Oriente Medio.
Estas declaraciones de Trump también avivaron las tensiones entre Israel y algunos líderes demócratas, como Schumer, quien recientemente criticó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por considerarlo un obstáculo para la paz en la región. Biden respaldó las preocupaciones de Schumer, mientras que Netanyahu respondió calificando el discurso de Schumer como inapropiado.
En medio de estas polémicas, el portavoz del Comité Nacional Demócrata, Alex Floyd, denunció los "ataques atroces y ofensivos" de Trump contra la comunidad judía, mientras que la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt, continuó con las críticas, acusando al Partido Demócrata de ser "antiisraelí, antisemita y proterrorista".
Estas declaraciones ponen de manifiesto las profundas divisiones políticas y las tensiones en torno a la relación entre Estados Unidos, Israel y la comunidad judía en el país.