En una conferencia de prensa realizada este miércoles por la mañana, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó duramente la decisión del gobierno nacional de reubicar la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de la empresa YPF de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca a la provincia de Río Negro. Según Kicillof, la medida responde a “un capricho ideológico” del presidente Javier Milei, que “pone en riesgo un proyecto en el que estamos trabajando hace 10 años.”
El gobernador señaló que la decisión de trasladar la planta no se debió a la adhesión de la provincia de Buenos Aires al Régimen de Inversiones en Gas y Energía (RIGI). “Es mentira: si la empresa entra al RIGI nacional, obtiene los beneficios impositivos, jurídicos y asociados a la disponibilidad de los recursos y divisas, más allá de que la provincia adhiera o no,” afirmó Kicillof. Según él, la adhesión provincial al RIGI es marginal en las decisiones de las empresas.
Kicillof también cuestionó la motivación detrás de la decisión, argumentando que no se trata de una simple disputa entre provincias, sino de una cuestión de “gran importancia” para el país. “Es claro que al Gobierno nacional no le interesa la producción y el trabajo,” agregó. En su intervención, el gobernador rechazó las acusaciones de que sus opiniones estén motivadas por diferencias ideológicas, enfatizando que su postura responde a una cuestión de “justicia social, independencia económica y soberanía política.”
El gobernador acusó a Milei de actuar con “fundamentalismo ideológico” y de haber tomado decisiones que “nos están trayendo muchos problemas, tanto en el plano local como internacional”. En su opinión, la decisión de trasladar la planta a Río Negro es parte de una serie de medidas que Milei ha tomado en represalia contra la provincia de Buenos Aires. “Esto se inscribe dentro de las peores prácticas de la política,” criticó Kicillof, haciendo alusión a la utilización de “látigo y chequera para conseguir adhesiones.”
Kicillof también abordó la percepción pública sobre la situación, desmintiendo los rumores de que la decisión de trasladar la planta fue impulsada por un capricho personal. “La única verdad es que por decisión de Milei se suspenden las inversiones en Bahía Blanca que estaban previstas,” subrayó.
El gobernador concluyó afirmando que la provincia de Buenos Aires no tolerará “agresiones” y que continuará gobernando en beneficio de su pueblo. “No nos vamos a someter: nuestro único pacto es con el pueblo de la provincia de Buenos Aires y no lo vamos a traicionar,” concluyó Kicillof.