La feria conocida como "Puerto Gardella", ubicada en el ingreso a la escollera sur de Necochea, se encuentra actualmente en una encrucijada debido a los altos costos de los servicios que afectan a nivel nacional.
Según trascendió en los últimos días, se está evaluando seriamente la posibilidad de cerrar definitivamente sus puertas a partir de agosto, una vez finalizadas las vacaciones de invierno, debido a problemas de insostenibilidad financiera.
La situación se agrava por los bajos ingresos registrados desde el pasado verano, que fue particularmente desafiante en términos turísticos, afectando la rentabilidad para los administradores del lugar. José "Cholo" Servat, figura visible y cuestionada empresario local con vínculos políticos, ha generado diversas suspicacias en la ciudad.
Puerto Gardella fue inaugurado en diciembre de 2019 con la intención de ser un nuevo punto de encuentro gastronómico y comercial. Consiste en 35 contenedores destinados principalmente a la oferta gastronómica, junto con un área central para espectáculos de entretenimiento infantil.
Durante las temporadas estivales, el lugar se convirtió en un destino popular tanto para turistas como para residentes locales, ofreciendo una amplia variedad de comidas y cervezas artesanales, además de un parque de juegos para niños.
La inauguración de Puerto Gardella se enmarcó en una estrategia cortoplacista de la campaña del intendente Arturo Rojas en 2019. Rojas, quien en ese entonces era presidente del Consorcio de Puerto Quequén, facilitó la instalación realizada por Servat en una concesión portuaria, presentándola como un ejemplo vistoso de gestión e inversión. Sin embargo, con el tiempo se ha revelado la falta de políticas de fondo que permitieran un desarrollo sostenible del proyecto.
El lugar cuenta con un solo acceso desde la ciudad y carece de servicio de transporte público para llegar, ya sea mediante colectivos o taxis. Además, los servicios sanitarios en el lugar no están completamente regulados, lo que ha generado problemas desde la inauguración misma de la feria.
Este verano, el concesionario intentó implementar un servicio de transporte colectivo hacia el lugar, aunque esta iniciativa fue abandonada posteriormente.
En la práctica, la feria permanece cerrada la mayor parte del año y solo muestra actividad en algunos fines de semana largos y durante recesos escolares. Por ello, los rumores de cierre podrían considerarse como una estrategia publicitaria. A pesar de su fracaso evidente tras la inauguración inicial, la feria ha sido mantenida en funcionamiento principalmente mediante publicidad oficial y el respaldo de medios cercanos al concesionario.