El gobierno de Estados Unidos ha dado un giro en su posición y ha descartado la posibilidad de reconocer a Edmundo González como presidente interino de Venezuela, contradiciendo declaraciones anteriores del secretario de Estado Antony Blinken.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó en una rueda de prensa que "todavía no estamos en ese punto de reconocerlo como presidente". Miller destacó la importancia de la transparencia del Consejo Nacional Electoral de Venezuela y urgió a que se publique un recuento detallado de los votos.
Estas declaraciones son contradictorias con las afirmaciones hechas la semana pasada por Antony Blinken, quien había declarado que "Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio".
En respuesta a esta retractación, la cancillería venezolana criticó duramente a Estados Unidos, calificando la situación como "inaudita". El canciller Yván Gil acusó a Washington de intentar imponer un gobierno títere en Venezuela, similar a la estrategia fallida aplicada en 2019 con Juan Guaidó. Gil también acusó a Estados Unidos de connivencia con grupos de crimen organizado transnacionales, entrenados en Chile, Perú y Estados Unidos, para desestabilizar y presionar a los gobiernos de la región.
Este cambio en la posición de Estados Unidos respecto a Venezuela subraya las tensiones políticas y diplomáticas en curso, así como las diferencias significativas en la política exterior hacia el país sudamericano.