
En declaraciones vertidas durante una entrevista en Puntonueve, el secretario de Hacienda del Municipio de Balcarce, Francisco Ridao, desató una polémica al calificar a ciertos sectores de la comunidad como "vecinos mugrientos". Sus declaraciones, más que ofrecer soluciones al creciente problema de la recolección de residuos en la ciudad, parecen desviar la responsabilidad hacia la ciudadanía, culpabilizando a los vecinos por la acumulación de basura en las calles.
Ridao es un funcionario que abiertamente ha manifestado desde hace varios años que tiene intenciones -e incluso dijo que es "el más preparado"- de ser intendente de Balcarce, aunque cada vez que emite declaraciones de este tenor, esas aspiraciones parecen desvanecerse.
En las últimas horas argumentó que el sistema de recolección implementado, que opera solo tres días a la semana, ha llevado a una situación desbordante en la que las calles se ven sucias. A pesar de que la empresa de recolección, Ashira, tiene el deber de levantar la basura en bolsas, la falta de compromiso de algunos vecinos, según el funcionario, es la raíz del problema. "Hay un trabajo que es del vecino", afirmó, sugiriendo que la responsabilidad de mantener la limpieza recae en los ciudadanos mismos.
La crítica más contundente se centra en la observación de Ridao sobre la "intencionalidad" de ciertos vecinos que, al parecer, se oponen a la administración municipal y aprovechan la situación para expresar su descontento. Este enfoque no solo resulta despectivo, sino que también ignora el hecho de que la municipalidad es la principal responsable de garantizar un servicio de recolección eficiente y adecuado para toda la población.
Ridao también se refirió a la falta de mantenimiento en las veredas y los espacios públicos, sugiriendo que los vecinos deben asumir la limpieza de sus propias áreas. Sin embargo, esta postura genera confusión, ya que el rol del municipio debería incluir la supervisión y el mantenimiento de los espacios públicos, en lugar de delegar esa responsabilidad completamente a los ciudadanos.
La declaración de que "el vecino que no corta el pasto es un vecino mugriento" resuena como un insulto a quienes, por diversas razones, pueden no poder cumplir con estas expectativas. La utilización de términos peyorativos no solo erosiona la confianza entre la ciudadanía y sus representantes, sino que también puede desincentivar la colaboración comunitaria que es vital para el bienestar de la ciudad.
Si bien es cierto que la responsabilidad compartida en el mantenimiento de la limpieza es fundamental, el enfoque adoptado por Ridao parece más un intento de desviar la atención de las deficiencias del sistema municipal que un llamado constructivo a la acción. La situación actual de Balcarce debe ser abordada con una estrategia integral que contemple tanto la educación ciudadana como la mejora de los servicios públicos.
Estas expresiones van en la misma sintonía con los expresado días atrás por el intendente Esteban Reino, quien tuvo que reconocer que el fallido sistema implementado desde el año pasado fue solo "una prueba piloto", aunque no sin justificarse diciendo que "la gente saca la bolsa de basura cuando quiere".
Luego de conocidas las declaraciones del responsable de las finanzas municipales, desde el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) parecen no estar sorprendidos: "Si Ridao trata de mugrientos a los vecinos que le pagan el sueldo, qué podemos esperar nosotros", manifestaron respecto de la situación que se da en el medio de las negociaciones paritarias.
La administración, de la que Ridao forma parte fundamental, tiene la oportunidad de transformar el descontento en un diálogo constructivo que fomente la colaboración entre el municipio y la ciudadanía. En lugar de señalar con el dedo y lanzar acusaciones, es imperativo que se tomen medidas efectivas para mejorar la recolección de residuos y el mantenimiento de la ciudad. Solo así Balcarce podrá avanzar hacia un futuro más limpio y saludable para todos.