

Lo que comenzó como una sesión más en el Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Balcarce —marcada por la aprobación de un proyecto que declaraba la emergencia del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA)— terminó desnudando, en voz alta y sin rodeos, una realidad que muchos conocían pero pocos se atrevían a decir: el cobro indebido de aranceles por parte de médicos en el hospital municipal y otros centros asistenciales, la evasión sistemática y el silencio político frente a estas prácticas. La denuncia partió del concejal Martín Pérez (Frente de Todos), quien, al argumentar el rechazo de su bloque al proyecto, incomodó a la mayoría del cuerpo legislativo con un planteo que rebasó ampliamente el eje sanitario.
La emergencia de IOMA: un diagnóstico reiterado
El presidente del cuerpo y autor del proyecto, Agustín Cassini (Juntos-UCR), abrió el debate detallando que la iniciativa retomaba una preocupación ya expresada en 2024, ante las múltiples fallas en la cobertura que brinda IOMA. “Volvemos a poner en agenda este tema: trasladar las preocupaciones que muchos afiliados de IOMA nos han presentado”, señaló.En su exposición, Cassini citó casos de vecinos obligados a pagar coseguros para tratamientos oncológicos y denunció demoras peligrosas en traslados sanitarios. El proyecto aprobado por mayoría solicita que la Legislatura bonaerense apruebe dos leyes clave: una que declare la emergencia sanitaria, económica y financiera del IOMA, y otra que le otorgue autarquía para agilizar el uso de sus fondos. “La declaración de emergencia contribuiría al Ejecutivo provincial en poder dotar de herramientas y de recursos”, expresó, remarcando que la burocracia provincial es parte del problema.
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Agustín Cassini (Juntos-UCR). |
Hasta allí, el debate se desarrollaba dentro de los márgenes previsibles. Pero fue al intervenir Martín Pérez que el tono cambió radicalmente.
De la crítica técnica al golpe político
“El IOMA ya es un ente autárquico”, comenzó diciendo Pérez, señalando un error técnico en el texto del proyecto. Luego, en un giro inesperado, denunció que el planteo tenía una motivación más política que sanitaria: “Este es un proyecto que tiene otras aristas, además de la preocupación por la situación de los afiliados”, afirmó. Para el edil del Frente de Todos, la clave no está en declarar la emergencia del IOMA, sino en aprobar el presupuesto provincial, trabado en la Legislatura: “La provincia está en emergencia porque no se le aprobó el presupuesto [...] Solicitemos a la Legislatura que le apruebe el presupuesto a la provincia, para que pueda asignarle recursos al IOMA”.Y entonces, la sesión cambió de rumbo.
“Si desconocen esto, yo me equivoqué de lugar”
Pérez comenzó a desarmar lo que consideró una hipocresía instalada: la crítica constante al funcionamiento de la obra social sin abordar los problemas estructurales ni el comportamiento del sistema médico local. Con voz firme, afirmó: “En el hospital municipal un médico atiende por IOMA y te cobra arancel diferenciado. En el hospital municipal. Y eso también va en desmedro de los afiliados, pero no nos preocupa”.Luego agregó una comparación demoledora: “Médicos de Balcarce que operan en el hospital cobran arancel, y operan gratis en Mar del Plata. La misma operación, la misma paciente”.
En su segunda intervención, redobló la apuesta y pidió dejar de lado la ingenuidad: “No solamente no tengo dudas, tengo certeza de médicos que lo cobran”, dijo, y apuntó directamente al silencio colectivo: “Si hay alguien acá de este cuerpo que desconoce que los médicos cobran aranceles diferenciados, yo me equivoqué de lugar”.
Pérez señaló además la falta de facturación formal: “Ninguno tiene un posnet, ninguno tiene una boleta, ninguno tiene una billetera virtual”, comparando esa informalidad con la presión fiscal que pesa sobre cualquier pequeño comerciante. Y añadió: “Estamos hablando de aranceles de entre 15 mil y 20 mil pesos por persona por día [...] es una facturación importante”.
La incomodidad en el recinto fue palpable. Lo que era un debate sobre la crisis del IOMA, pasó a ser un espejo sobre el sistema de salud local —y la falta de controles— que afectó sobre todo a oficialistas, aunque alguno afirmaba moviendo la cabeza como dando por entendida la verdad de lo que se decía.
Guillén acompañó al radicalismo
Desde La Libertad Avanza, Ángel Enrique Guillén respaldó el proyecto presentado por el radicalismo, pero coincidió con Pérez en algunos puntos: “La crisis se profundiza cuando la política mete la cola”, sostuvo, e hizo una crítica al silencio de los gremios: “Algunos sindicalistas [...] deberían estar peleando por estas cosas, defendiendo a sus afiliados [...] y sin embargo parecen estar preocupados por otras estupideces en la ciudad”.También remarcó que el problema es provincial y generalizado: “En los 135 distritos de la provincia hay un problema con IOMA”, concluyó.
Un silencio atroz
Pese a las críticas, el proyecto fue aprobado por mayoría oficialista. Pero el foco ya no estaba en la emergencia del IOMA, sino en la denuncia que sacudió al Concejo: los cobros indebidos, la evasión, la complicidad silenciosa. Pérez logró algo inusual: que el recinto, por unos minutos, se enfrentara a una realidad que se prefiere evitar. Y lo hizo con una frase final que resonó más allá de las paredes del recinto: “Ojalá lo de IOMA fuera un problema humano, porque se soluciona fácil. Cuando es económico, no es tan fácil”.Ese jueves, el Concejo aprobó un proyecto. Pero lo que quedó marcado fue otra cosa: que a veces, para hablar de salud, primero hay que animarse a decir lo que nadie quiere escuchar.